Postales en la Vidriera

26.6.09

Ha raíz de que han quedado varias historias sin contar en cuanto al libro titulado "Embrujos que ya no son" (Compendio de relatos del sudoeste de Rosario "Las Delicias" y sus adyacencias), he decidido contar con una segunda edición del mismo y como ejemplo dejo expresado el relato que está a la vista:


LOS HIJOS DEL IMPERIO DEL SOL

Cierta vez pudo parecerse a una utopía, pero hoy ha pasado a ser algo tangible y visual.
Los hijos del Imperio del Sol, de manera aparente o definitivamente, se han establecido entre los límites del sudoeste. Aquí en ”Las Delicias” han puesto en hora el latir de sus pequeños y surtidos supermercados, con la novedad de aceptar la más amplia gama de monedas y automáticos plásticos de débitos, siempre siempre con la mueca amable del gesto altruista en sus auríferos rostros.
Para ellos la matemática es el Dios de sus caprichos de evolución, el poder conmovedor del oriente milenario, y al fin de cuentas su mayor felicidad.
Pero la gente, en modo esencial la más carenciada y sencilla, los comprende y respeta.
En su gran mayoría los titulares de estos comercios son personas jóvenes, de contextura física delgada y estatura baja por lo general. Y como el resto de los inmigrantes que han llegado del lejano oriente se expresan con un lenguaje que despliega una multiplicidad de sílabas inentendibles, excepto en los nombres de sus dueños que se pueden constatar en los tickets que la gente recoge a través de sus compras.
Lo que llama mucho la atención acerca de estas familias, además de su sorprendente apego al trabajo, son esas virtudes que provienen de pueblos que siempre le han rendido culto al silencio y al respeto.
Y otro de los detalles a tener en cuenta se acrecienta en sus hijos. Nenas o varoncitos, que cuando uno los ve con sus ojitos razgados y su silueta pálida cree estar viendo a un Buda en miniatura.

FELIPE DEMAURO
Felipedemauro47@gmail.com