17.9.17

PEQUEÑOS CAZADORES DEL AZAR

Los contornos caerían como flechas
desde el tejado de la ficción.
Al parecer lo correcto
hubiere sido emplear una palabra esdrújula.

Pero todo no fueron más
que intrínsecas frivolidades
ávidas de celosías y olvido
incoherentes y absurdas como calas negras.

Es lamentable y lo sé
que me sorprendan estos esporádicos
e ingenuos delirios de instrospección
sentado así porque sí
como si fuera un idiota
escribiéndole versitos a Selene.

Pero por suerte los ví
entonces los llamé y se acercaron
aunque no pudieran desmentir
esa humildad paupérrima
que desde alguna vez los excluyó
adosandolos a una quimera de lata.

Descalzos y mugrientos
con la honda colgada
en la escualidez del cuello
y esa chance trunca
como la del gorrión herido
entre sus manos
representan una fachada de escorias
que a la Ciudad
le resulta imposible tergiversar.

FELIPE DEMAURO