24.4.21

 UN PAÍS EN ESTADO VEGETATIVO


Desde mi punto de vista, y en medio de esta pandemia, estimo que nuestro país no ofrece ninguna chance de revertir su estado calamitoso, para ese casi cincuenta por ciento de compatriotas sumidos en la miseria y la indigencia.
La decadencia, en todo sentido, es tan profunda que hasta su creativa clase media baja ha comenzado también a desbarrancarse, sumida como en un halo de incertidumbre y pérdida de libertades que la sitúa en un estado totalmente vegetativo.
Hoy, a pocos minutos antes, de comenzar a escribir este relato, estaba oyendo a Carlos Gardel en la computadora, interpretando un tango titulado "Al mundo le falta un tornillo", cuya letra fue creada por el poeta Enrique Cadícamo y la música le pertenece a José María Aguilar. La obra es del año 1932, cuando aquella gran crisis que asolaba al país acechaba tanto como ahora.
Entre los comentarios públicos que algunos oyentes dejaron testimoniados en la página, alguien llamado Daniel González decía:
"Ché, pero este tema es para la Argentina actual".
Otro señor llamado Francisco Emiliano Palacios Córdova opinaba:
"Es nuestra actualidad".
Un tal José Piccardo, nueve meses atrás al igual que los anteriores  decía: 
"Dedicado al 2020".
Yo diría que huelgan los comentarios. Han pasado desde entonces casi cien años, y los argentinos continuamos situados en medio de un vergel sin usufructuar de él, y con posibilidades de seguir perdiéndolo todo.

FELIPE DEMAURO