30.9.18

AQUEL PAÍS PUJANTE Y DE DESBORDANTE ALEGRÍA

Armar un relato atractivo, es el prodigio o la alquimia de todo escritor. Pero logicamente todo depende de la intensidad de las imágenes que uno irá combinando.
Hace unos días estuve conversando con Evelia Fay, que tiene su salón de belleza, cosmetología, perfumería y regalos de fantasía en Avenida Nuestra Señora del Rosario 2826. A pasitos de la Avenida Ovidio Lagos y de grandes sucesos comerciales y de recuerdos como el Bar y Comedor "Tranvía 26", y la Peluquería de Pedro Vicente Farruggia, conocido por todos por el apodo de "Pelusa". Lugares decía donde el esparcimiento y los comentarios acerca del latido cotidiano del barrio es moneda corriente.
Y bien. En esta conversación con Evelia, que desde el año 1979 desarrolla su vocación en el lugar que les señalo, pasaron un ramillete de temas que íban y volvían del "entonces" a la actualidad, y nos hicieron reír realmente como pocas veces.
A Evelia casi siempre además de sus habituales clientas, suelen acompañarla entre los diálogos, su mamá María Llano, Rosita Gioiosa y su empleada una jóven peluquera llamada Cecilia.
Y claro, en este itinerario venturoso, que hoy por hoy, se desarrolla en nuestro país, por lógica no podía faltar el cambio brusco en el comportamiento de esta nueva sociedad, ligado a la falta de valores, la adoración del dinero fácil, y hasta la imágen de pesadumbre, desconcierto y tristeza que se evidencia en tantos rostros.
Y es por eso que coincidíamos con Evelia, por ejemplo en los programas cómicos de la televisión de otrora, que ahora mismo mediante la tecnología usted podrá revivir. De este modo, preste atención:
En la computadora o el celular en la barra de google escriba: "Los Jubilados - La Tuerca".
La Tuerca, era un programa cómico que se emitió entre los años 1965 y 1974. En el mismo actuaban entre otros: Guido Gorgatti; Osvaldo Pacheco; Tincho Zabala; Vicente Rubino y "el pato" Rafael Carret.
Le aseguro que estos actores sintetizában por si solos, el alma de un país pujante y con desbordante alegría.

FELIPE DEMAURO