15.7.18

El proyecto de “Pelusa”
Existe un CD que fue grabado por el “Negro Alvarez”, que se titula “Cuenteando”, donde uno de estos relatos llamado “Peluquero Envidioso”, transcurre por supuesto en una peluquería de Córdoba. Todos sabemos y, lógicamente los que ya peinamos varias canas, que las conversaciones en la peluquería (en especial sólo de varones), son muy similares a las que ocurren en un bar. Allí todos tienen las soluciones para enderezar de una vez y para siempre las desigualdades y los contratiempos alevosos de la historia de este país, inmensamente rico e inmensamente pobre. Ahora bien, prestemos atención al proyecto de Pelusa, el peluquero. El dice que si fuera el presidente se sentaría en el sillón de Rivadavia, en la Casa Rosada, y a su lado sentaría al presidente del Banco Central únicamente para que tome nota. Y en una alocución por cadena nacional le diría al pueblo lo siguiente: “Señores, a partir de este momento mi sueldo será de cien mil pesos, y renuncio a todos mis bienes. Ese será a partir de ahora el sueldo máximo en la administración pública. A partir de este momento se reduce a la mitad el sueldo de todos los componentes de los poderes Legislativo y Judicial, en todas las administraciones de la Nación. Y además, ningún diputado o senador podrá contar con más de dos asesores. También, aquellos que tengan en trámite, irresueltos problemas y causas con la Justicia, automáticamente quedan separados de sus respectivos cargos. En cuanto al Poder Judicial, a partir de hoy ninguna causa de asesinato, violación, corrupción o robo al Estado, podrá durar más de dos meses para ser resuelta. Y aquel juez o fiscal que dude, o tenga miedo, o no esté de acuerdo con tal resolución, ya puede alejarse del Tribunal de Justicia. Con respecto a la situación social, se pondrá en práctica un censo de amplio alcance, a partir de mañana mismo, para saber en qué difieren los pensamientos y el hacer de cada ciudadano de nuestro país, a modo de evitar tantos contrastes”. Otros países que han pasado por guerras y conflictos terribles e inhumanos, hoy son un ejemplo de convivencia y progreso en el mundo. ¿Por qué no podemos serlo también nosotros? Espero que esto que les he dicho, no resulte sólo un sueño vano del presidente.

Felipe Demauro