20.1.19

AVANZAR Y RETROCEDER PERMANENTEMENTE


La idiosincracia de los Argentinos desde siempre ha sido su crucifixión.
Hoy quien conduce afirma que no hay otro camino al elegido, "ya que este es el camino correcto".
Al día de hoy la Argentina tiene una deuda externa con organismos internacionales, que holgadamente supera los 300 mil millones de dólares.
Y además entre los mayores inconvenientes, el treinta por ciento de su población se encuentra sumida en la pobreza, y vive gracias a los planes sociales otorgados por el gobierno de turno.
Este desastre comenzó a gestarse a partir del año 1976, cuando asumió un gobierno militar de facto. Continuó luego en bancarrota hasta el año 2003. Y a partir de ahí hasta el 2008, el País asistió a un auge impensado gracias al ingreso como nunca en su historia de divisas norteamericanas, provenientes de sus productos primarios vendidos al exterior.
La situación en esos escasos años podía revertirse, y por fin que otra vez en la historia pasáramos a ser una nación confiable y con crecimiento y felicidad verdadera  para todos los habitantes.
¿Pero que ocurrió? La magia metió la mano en la lata y así llegamos al año 2015 otra vez totalmente quebrados.
Ahora perfectamente detallados hay unos cuadernos que explican el desfalco a jueces y fiscales, dando crédito a que la magia nunca existió.
Y ahora también, todos aquellos que aplaudían en primera fila ante la convocatoria reiterada de las famosas "cadenas nacionales", dicen que tienen la solución "en virtud de otro camino", que según ellos puede salvar a la patria.
Pero mientras tanto la Argentina continuará como el redentor colgada de la cruz.

FELIPE DEMAURO